El ribeye es un corte de carne que, gracias a su marmoleado, tiene una textura y sabor extraordinarios. Cuando lo preparas con romero fresco y una exquisita salsa de vino rojo, el resultado es un plato digno de un restaurante de alta cocina, pero que puedes disfrutar en la comodidad de tu hogar. Esta receta es ideal para una ocasión especial o simplemente para darte un gusto con una comida reconfortante.
Prepara la carne: Saca los ribeyes del refrigerador al menos 30 minutos antes de cocinarlos para que alcancen la temperatura ambiente. Esto ayudará a que se cocinen de manera uniforme. Seca cada pieza con papel de cocina para retirar el exceso de humedad. Luego, frota ambos lados de la carne con aceite de oliva, asegurándote de que toda la superficie esté bien cubierta.
Sazona el ribeye: Agrega sal gruesa y pimienta negra recién molida al gusto por ambos lados del ribeye. No temas ser generoso con los condimentos, ya que la carne absorberá bien los sabores. Coloca algunas hojas de romero fresco encima de los ribeyes, presionando ligeramente para que las hierbas se adhieran a la carne.
Cocción del ribeye: Para este paso puedes usar una parrilla o una sartén de hierro. Calienta la parrilla o sartén a fuego medio-alto. Cuando esté bien caliente, coloca los ribeyes y cocina por aproximadamente 4-5 minutos de cada lado, o hasta alcanzar el término de cocción que prefieras. Para obtener un ribeye jugoso, lo ideal es dejarlo a término medio. No olvides dar la vuelta solo una vez durante la cocción para obtener ese dorado perfecto en la superficie.
Aromatiza con romero: Durante el proceso de cocción, puedes añadir algunas ramas de romero fresco sobre la carne, y opcionalmente, si estás utilizando una sartén, agregar una cucharada de mantequilla en los últimos minutos para darle un toque de sabor extra. La mantequilla se derretirá sobre la carne, mezclándose con los jugos de la cocción y las hierbas.
Descanso: Una vez que el ribeye esté cocido, retíralo del fuego y deja reposar la carne por unos 5-7 minutos antes de cortarla. Esto permitirá que los jugos se redistribuyan dentro del corte, garantizando una textura más tierna y jugosa.
Sofríe la cebolla y el ajo: Mientras los ribeyes reposan, puedes empezar a preparar la salsa. En una sartén a fuego medio, derrite una cucharada de mantequilla y añade la cebolla picada. Sofríe hasta que esté transparente, lo que tomará unos 5 minutos. Después, agrega el ajo picado y cocina por 1 minuto más.
Prepara el roux: Añade una cucharada de harina a la sartén y revuelve constantemente hasta que la mezcla de cebolla, ajo y harina tome un color ligeramente dorado. Esto ayudará a espesar la salsa.
Añade el caldo y el jugo de uvas: Poco a poco, agrega el caldo de carne, removiendo constantemente para evitar que se formen grumos. Luego, incorpora el jugo de uvas rojas. Sigue removiendo mientras la salsa empieza a reducirse y a espesarse.
Sazona la salsa: Añade una rama de tomillo fresco para darle un toque aromático (opcional), y sazona con sal y pimienta al gusto. Cocina la salsa a fuego bajo durante unos 10-15 minutos, o hasta que alcance la consistencia deseada. La salsa debe ser suave y ligeramente espesa.
Termina la salsa: Una vez que la salsa esté lista, retira la rama de tomillo si la usaste, y prueba para ajustar los condimentos. Si prefieres una salsa más suave, puedes colarla antes de servir.
Coloca los ribeyes en los platos de servicio, cortándolos en tiras gruesas si lo prefieres. Sirve la salsa de vino rojo en una salsera aparte o vierte un poco sobre la carne. Para completar el plato, puedes acompañar el ribeye con papas asadas, puré de papas o una guarnición de vegetales salteados, como espárragos o zanahorias.
El punto de cocción ideal: Si prefieres la carne más o menos cocida, ajusta el tiempo de cocción de acuerdo con tus gustos personales. Para un ribeye a término medio, el interior de la carne debe alcanzar una temperatura entre 57°C y 60°C. Usa un termómetro de cocina para mayor precisión.
Romero fresco vs. romero seco: Aunque el romero fresco es ideal para esta receta, también puedes usar romero seco si no tienes acceso a la versión fresca. Sin embargo, ten en cuenta que el romero fresco tiene un sabor más delicado y vibrante, lo que complementa mejor el sabor de la carne.
Salsa opcional: Si prefieres un ribeye sin salsa, el corte de carne es lo suficientemente sabroso por sí solo gracias a su marmoleado natural. La salsa de vino rojo es un complemento, pero no es esencial si te gusta disfrutar del sabor puro de la carne.
Para acompañar este plato de ribeye, puedes optar por una guarnición clásica como papas fritas o un puré cremoso. Las verduras asadas también son una excelente opción, especialmente si se preparan con un toque de aceite de oliva y hierbas como el romero o el tomillo.
Con esta receta, tendrás un plato digno de un restaurante en tu propia casa. El ribeye con romero y salsa de vino rojo es una opción deliciosa y elegante que impresionará a tus invitados o te permitirá disfrutar de una comida especial en cualquier ocasión. ¡Anímate a prepararla y deleita tu paladar con cada bocado!
Opt-in for our notifications to stay updated with the latest and most captivating articles delivered to your email.